En estos últimos días se ha concluido el proceso de elaboración de la obra mural en memoria de las víctimas del genocidio de Putis que aconteció en diciembre de 1984 perpetrado por miembros del ejército Peruano que de acuerdo a las investigaciones ejecutó a más de 123 comuneros.
Es a partir de este hecho que el equipo muralista dirigido por el artista visual Olfer Leonardo F. (ENSABAP) e integrado por la comunicadora audiovisual Patricia Lucho Jerí (UNMSM), la artista plástica-docente Nelly Fernández y el artista huantino Gilberto Rimachi desarrolla el proyecto mural “Alegoría a Putis”, el cual –luego de coordinaciones con la Municipalidad Provincial de Huanta- se inició hacia la quincena del mes de enero y ha sido recientemente culminado.
La obra mural cuya dimensión es de tres metros de alto por seis de largo está localizada a 3445 msnm en el centro mismo de la comunidad (perteneciente al distrito de Santillana – Provincia de Huanta) y hacia un lado de la carretera que próximamente conectará con la Selva.
Para su elaboración el equipo muralista se trasladó e instaló con los equipos y materiales acordes a las particularidades del lugar. Una vez ahí se dedicó a trabajar con pistolas de aire las imágenes que iban poblando el muro de concreto.
En un espacio de dieciocho metros cuadrados se plasmó alegorías y escenas significativas de los hechos ocurridos que muestran en un solo golpe de vista varias atmósferas. La obra expone en el horizonte los gigantescos cerros de la zona con variedades de verdes grises. En primer plano apreciamos a una campesina con vestimenta característica que se yergue reflexiva sobre el pasado encarnando el ansia por la verdad; ella como madre, esposa, hermana y/o hija es partícipe de la memoria donde las fuerzas militares apuntando con armas obligan a los comuneros a cavar una supuesta piscigranja donde luego serían ejecutados. El cielo fuego gris que se alza detrás de los militares rompe la unidad de los azules marcando el dramatismo que suscita el recuerdo. Una de las principales escenas es aquella en que los familiares denuncian con atenta observación las fosas que por más de veinte años han esperado ser exhumadas. La presencia de ellos simboliza la fuerza y perseverancia de la comunidad en la construcción de una nueva etapa en sus vidas. Son estos personajes quienes componen el lado derecho del mural llevando en hombros los cajones blancos de los que por fin –después de la larga espera- tendrán un entierro con nombre propio.
El recorrido de flores que parte desde la caravana fúnebre desenlaza en una niña y un anciano representando el futuro y el pasado respectivamente -la nueva vida que se gesta- historias que en un mismo trajín se entrelazan en búsqueda de esperanza.
El equipo de trabajo considera necesario generar –in situ- espacios de arte que llamen a la reflexión sobre los hechos de violencia política, en búsqueda de la verdad y por una reconciliación nacional, para así ir tejiendo una sociedad justa.
Finalmente agradecemos a la Municipalidad Provincial de Huanta por el manejo logístico a lo largo de este proyecto; el apoyo brindado por la ONG Paz y Esperanza al habernos concedido trabajar con el registro gráfico que manejan y especialmente a la comunidad de Putis por habernos acogido en su seno y habernos brindado su calor, siendo ellos partícipes de todo este proceso.
Huanta 22 de febrero del 2010
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