jueves, 2 de julio de 2009

Cocaleros: Borrando el estigma

“…Por eso nosotros a veces tanto nos esforzamos para salir en marchas pacíficas, nos esforzamos por salir a dialogar con nuestras autoridades grandes de la capital y aún así nosotros somos despreciados por ellos. ¿La razón, yo me pregunto? No sé a qué se debe, será de lo que quizás nunca han conocido un sufrimiento de un campesino…”.

Apolinario Condezo Calero se dedica a cultivar hoja de coca en el centro poblado de Supte – San Jorge, en la ciudad de Tingo María. Mantiene a sus dos hijos y a su esposa con lo que gana de la venta de la hoja de coca. Apolinario es uno de los tantos campesinos que tuvieron que migrar para cultivar esta planta porque el cultivo y la venta de maíz o papa no alcanza para mantener a su familia. Su indignación por el abandono en que el Estado tiene a los cocaleros es enorme, tan grande como las falsas promesas de DEVIDA y su “Programa de Desarrollo Alternativo” (PDA). Pero tal vez mayor aún es la indignación e impotencia que llevan sus palabras cuando nos cuenta de la violencia y el abuso de autoridad de la Policía Antidrogas por el simple hecho de cultivar coca.

El está empadronado en la Empresa Nacional de Coca (ENACO), es decir, vende hoja de coca legalmente. Pero eso no ha impedido que sea víctima de las erradicaciones forzosas y de sus consecuencias. Venderle coca a ENACO tampoco le ha dado mejoras económicas, ni le ha permitido borrar el estigma que el sistema le ha impuesto porque cultiva hoja de coca y más aún por considerarla parte de su historia y vida.

Los medios de comunicación oficiales han cumplido su tarea de impedir que verdades como las de Apolinario sean conocidas por la gran mayoría de peruan@s, pretendiendo que la única información que reciba la opinión pública sea: “de cada 10 hojas, 9 van al narcotráfico”.

Desde hace 30 años Estados Unidos se ha encargado de dictar la política antidrogas de nuestro país, dicha política ha permitido que se violen sistemáticamente los DDHH de nuestros campesinos cocaleros. Esta “Guerra contra las Drogas” lejos de solucionar el problema de raíz, lo que busca es que EE.UU. controle la región, asentando sus bases militares en las cuencas cocaleras, apoyando la persecución a dirigentes cocaleros y fomentando las erradicaciones manuales y biológicas.

Es poco sabido que en el primer periodo de Alan García se llevó a cabo una fumigación con un herbicida norteamericano fabricado por la empresa Monsanto que esparció el hongo transgénico fusarium oxisporum, hongo que no solo acaba con los cocales, sino que empobrece la tierra dejándola infértil para cualquier otro cultivo, y que afectó la salud de las personas y animales, consecuencias que se dejan ver hasta la fecha, más de 20 años después. Sin embargo, DEVIDA, a pesar de las claras evidencias, cínicamente niega que se hayan realizado dichas fumigaciones, así como niega el fraude que representa el PDA, pues lo único que han logrado es llenarse los bolsillos de dinero, mientras el campesino cocalero sigue sin desarrollo y sin alternativas.

Desafortunadamente hay un equivocado tratamiento al problema del narcotráfico, mucho se ha optado por combatir el problema atacando a los campesinos cocaleros como si en ellos radicara el problema del narcotráfico y el consumo de drogas. La lógica: “sin coca no existiría la cocaína como droga”, justifica la erradicación forzosa de cultivos, y presenta a los cocaleros como narcotraficantes, y peor aún intenta erradicar de la memoria de todos los peruanos y peruanas a la hoja de coca como algo positivo.

Si algo nos queda claro es que no hay verdaderamente un interés por solucionar el problema del narcotráfico, pues hay un poder económico y político involucrado, muchos intereses e interesados y muchas conciencias compradas. Pero lo que sí hay es una falsa moral del gobierno y las instituciones nacionales e internacionales que dicen cooperar con la lucha antidrogas.

Consumir hoja de coca se vuelve, además de incluir una fuente de nutrientes en nuestra dieta diaria, un símbolo de resistencia cuando el imperialismo busca conseguir el total dominio de nuestras tierras y recursos naturales a costa de lo que sea, resistencia contra gobiernos completamente serviles como el actual, que se caracteriza por gobernar con las manos manchadas de sangre, y que pretende culminar su periodo con total impunidad.

Por eso, consumamos hoja de coca, conozcamos la realidad de quienes la cultivan contada por ellos mismos. Rompamos el cerco mediático y luchemos con ellos, porque la historia la cambian los pueblos que luchan por sus derechos.

SÍ A LA VIDA

SÍ A NUESTRA HISTORIA

SÍ A NUESTRA HOJA DE COCA

Silvia Tello.

Colectivo Tierra InSurGente